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Maternidad vegana

Escribo este post para contar mi camino como mamá vegana. Cómo llevé el embarazo y cómo es criar una niña vegana, en una sociedad que no lo es.

No es una guía de “como ser una madre vegana”. Es simplemente una experiencia personal.

Soy mamá de una hermosa y sana hija que hoy, mediados del año 2022, tiene 5 años. Ella, es vegana desde la concepción.

Si es socialmente cuestionado el veganismo en una persona adulta, lo es mucho más en un bebé o un niño.

Tanto el padre de mi hija como yo fuimos criados en familias no-veganas, en las que se comía carne, pescado, huevos, leche, etc.

Nosotros nos hicimos veganos antes de que yo quedara embarazada.

Cuando decidimos dejar los alimentos de origen animal nos informamos, leímos mucho, vimos documentales, en fin, nos empapamos del tema.

El Veganismo Durante el Embarazo

Estando embarazada, me han preguntado en algunas oportunidades si “seguía siendo vegana”

Entendí que por falta de información, surgiera la preocupación de que me estuviera alimentando incorrectamente, y que mi bebé no estuviera recibiendo todo lo necesario para formarse de forma adecuada.

La ciencia detrás de un embarazo vegano saludable

Yo mencionaba la postura de la Academy of Nutrition and Dietetics, que es el grupo más grande de expertos en nutrición independientes del mundo, con más de 112.000 miembros, que establece que:

“La dieta vegana es saludable, nutricionalmente adecuada y puede proporcionar beneficios para la salud en la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades. Esta dieta es apropiada para todas las etapas del ciclo de vida, incluido el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia, la vejez y para los atletas ”

Al quedar embarazada, reforzamos la información para llevar un embarazo saludable. Que básicamente, era continuar con la misma dieta vegana balanceada, y el suplemento de B12.

Tuve un embarazo normal, saludable. Todos los controles y análisis daban bien. 

La importancia del apoyo médico

Mi obstetra, a quien elegimos luego de consultar otros 8 obstetras (nos costó encontrar a alguien alineado con el trato y el parto respetado) también tenía conocimientos sobre nutrición, cosa que la mayoría de los médicos, al no formarse en el tema, desconocen. 

Y fue genial porque jamás cuestionó nuestra alimentación. Y eso para nosotros fue muy importante.

Escuché historias de médicos que recomendaron abandonar la dieta vegana a las embarazadas, simplemente por desconocimiento (“por si acaso”, no fuera a ser que algo saliera mal…”)

A pesar de ello, llegaron las preocupaciones de familiares y allegados. Nos preguntaban cómo encararíamos la alimentación de nuestra hija. 

Que la proteína para el desarrollo del cerebro, que la etapa de crecimiento, que ésto y que aquello…

La importancia de la educación y el asesoramiento nutricional

Durante el embarazo visité a una nutricionista especialista en veganismo. Y al nacer mi hija, consultamos a una pediatra y nutricionista especialista en veganismo, quien nos brindó asesoramiento e indicó las dosis correctas de B12 para suplementar a una beba vegana.

Nuestra hija siempre fue muy sana. Probablemente influyó el hecho de que le dí la teta más de 3 años. Y también, que llevó desde el inicio una alimentación vegana balanceada.

¿Y cuando va a un cumpleaños? ¿Y en el jardín de infantes? 

Nosotros como padres, intentamos anticiparnos, y explicamos que somos una familia vegana. Si tiene un cumpleaños, consultamos si habrá alguna opción vegana, y ofrecemos llevar algo nosotros. 

Y en el jardín, lo mismo. Estando en pandemia, fue fácil ya que cada niño llevó su propia vianda. La maestra, nos consulta en caso de llevar algo especial, y nosotros damos opciones (por ejemplo, si van a comprar un helado, cuáles no llevan lácteos) 

Igualmente, actuamos con flexibilidad

Sabemos que ella no dejará de ser vegana si ocasionalmente le ofrecen una galleta en el parque, aunque nosotros nunca le damos alimentos que no son veganos. Últimamente ella duda del origen de los alimentos, y nos pregunta si son veganos, y con esa información elige consumir lo que no involucra animales.

Sabemos que es un proceso, y creemos que lo mejor es que ella vaya aprendiendo e incorporando la información a su tiempo. 

También ocurre a veces, que le ofrecen algo, y si ella pregunta si es vegano, le dicen que sí (aunque no sea cierto) Según quien sea la persona, tengo la sensación de que las razones por las que actúan de esa forma, difieren.

Ha ocurrido en reuniones sociales, en la colonia de verano…

Creo que como saben que no somos alérgicos a la comida de origen animal, y nuestra hija no tendrá una reacción alérgica, se “permiten” la transgresión.

Desde ya que no es algo que me encante. Y más de una vez hago la vista gorda.

En algunos casos se da por desconocimiento de los ingredientes de ciertos alimentos, o por practicidad/conveniencia. 

Y a veces, porque es evidente que el veganismo molesta, e interfiere con el propio sistema de valores.

La verdad sobre los alimentos

Algo muy reconfortante es no tener que mentirle a nuestra hija respecto de lo que está comiendo. 

Todo lo que consume es libre de crueldad. No hay contradicción entre nuestra enseñanza sobre el cuidado a los animales y lo que comemos. 

Si nos pregunta cómo llegó determinado alimento a su plato no tenemos que omitir ninguna información.

Los niños y la discriminación

Por suerte por el momento no ha ocurrido. Aunque ella es la única vegana en su clase. Sus compañeros le preguntan “¿qué es ser vegana?” ¿Por qué no comes carne?” 

Ella responde, con sus palabras, que no quiere matar animales.

También sabe que la mayoría de las personas no son veganas. Le contamos que nosotros no nacimos veganos, pero elegimos serlo porque es lo que nos hace sentir bien. 

Básicamente, lo que nos parece correcto, y es la vida que elegimos vivir.

¿Qué pasaría si nuestra hija decide no ser vegana?

A veces nos preguntan ¿Y si crece y quiere dejar de ser vegana?

Por un lado, es una pregunta algo extraña. Sería como preguntarle a una familia judía qué pasaría si sus hijos al crecer eligieran cambiar de religión. Pero bueno, digamos que está dentro de las posibilidades. Aunque resultaría extraño que alguien criado con ciertos valores renuncie a ellos en la adultez. 

Supongo que esta pregunta se hace porque socialmente aún el veganismo no es percibido como una postura ética.

No nos parece que nuestra niña a su edad vea documentales sobre mataderos, la industria láctea o la explotación animal. Aunque llegado su momento, probablemente le interese verlos. 

Y si con toda la información, ella decide no ser vegana, será su elección.

Mientras tanto, en nuestra casa llevamos una vida acorde a nuestros valores. Como sucede en cada hogar.

La base de la alimentación vegana

Nuestra hija, al igual que nosotros, se alimenta a base de frutas y verduras, legumbres, cereales, semillas y frutos secos.

Y para ella es natural ser vegana. Y hace algún tiempo, explica por ella misma que ella “no come animales, ni roba su leche”.

Para ella la leche es de almendras o de avena, las hamburguesas son de legumbres, las pizzas llevan hummus y vegetales, y las pastas se acompañan con salsas de hongos o legumbres, de vegetales o quesos veganos. 

Ella no se priva de comer las cosas que le encantan a los niños: Galletas, tortas, muffins, postres, helados, pizzas… todo en versión vegana.

En definitiva

Estoy no solamente conforme, sino también feliz criando a mi niña vegana

Además de que es una niña muy sana y enérgica, ella ya de tan pequeña es consciente de muchas cosas que yo, recién descubrí de adulta. 

Tiene incorporados hábitos que son imprescindibles para un mundo más compasivo y sostenible. 

En definitiva, un mundo mejor.