Hoy quiero compartirte mi experiencia de embarazo vegano. Si estás pensando en concebir, ya estás embarazada, o conoces a alguien en esta situación, espero que mi historia te resulte útil e inspiradora.
Cuando me enteré de que estaba embarazada, ya llevaba cerca de un año siendo vegana. Yo me hice vegana por una toma de conciencia: reconocí que no era justo usar a los animales y di ese paso. Obviamente durante mi embarazo esta convicción no cambió. Pero como la mayoría de las personas, y aún siendo vegana, tuve algunas dudas respecto de si llevar un embarazo vegano sería lo más conveniente. Porque nací y me crié en una sociedad que desde que tenemos uso de razón nos dice que necesitamos alimentarnos con animales para estar sanos. Entonces busqué más información sobre la alimentación apta para veganos haciendo hincapié en el embarazo.
Y me reconfortó leer que organizaciones de renombre como la Academy of Nutrition and Dietetics respaldan la dieta vegana en todas las etapas de la vida, incluyendo el embarazo.
Elegir a la obstetra adecuada fue muy importante para mí. Después de consultar con varios profesionales (creo que fueron 8 en total), finalmente encontré a una que no solo respetaba que yo fuera vegana (algo básico, no?), sino que también tenía conocimientos de nutrición. Esto fue fundamental, ya que muchos médicos, por falta de formación específica, tienden a desaconsejar la alimentación vegana basándose en opiniones personales en lugar de en evidencia científica.
Una nutricionista especialista en veganismo me ayudó a despejar dudas y me aseguró que mi dieta vegana balanceada era adecuada. Me recomendó continuar con la suplementación de B12 y prestar especial atención a alimentos ricos en hierro, algo que es fundamental para todas las embarazadas (sean veganas o no).
Mi embarazo fue saludable y activo. El primer trimestre fue un poco molesto porque tuve las típicas nauseas, que desaparecieron a medida que se acercaba el segundo trimestre. Los controles médicos siempre mostraron que todo iba bien, desde los análisis hasta los monitoreos. Y finalmente, tuve a mi hija mediante un parto vaginal. Ella nació muy bien. Tuvo un apgar alto, todo genial.
El desafío más grande probablemente haya sido tranquilizar a los familiares preocupados. Fue útil y calmó sus temores el hecho de compartir con ellos información científica sobre la salud de madres y bebés veganos y mostrarles que tanto yo como mi bebé estábamos bien.
Hoy, mi hija tiene 6 años. La amamanté más de tres años y siempre fue una niña enérgica y saludable. Mirando hacia atrás, puedo decir que mi embarazo fue mejor de lo que hubiera imaginado y estoy feliz de que mi hija haya sido vegana desde la concepción.
Quiero alentar a todas las futuras mamás a que vivan su embarazo de manera vegana. Es totalmente posible, saludable y, por supuesto, ético.
No tengas miedo. Con información adecuada y apoyo, puedes vivir esta hermosa etapa de tu vida alineada con tus valores y asegurarte de que tanto tú como tu bebé estén saludables y felices.