¿Por qué montar a caballo NO está bien?

Muchas personas creen que montar a caballo es una forma de conectarse con estos bellos animales, pero ¿alguna vez nos detuvimos a pensar qué siente realmente el caballo?

Entiendo que, si montas a caballo, tal vez sientas que has establecido una relación profunda y amorosa con él. Podrías pensar que tu caballo incluso disfruta la experiencia, que le encanta salir a ejercitarse o pasear contigo. Pero aquí es donde necesitamos reflexionar un poco más.

Comparemos la situación del caballo con la de una persona encarcelada. Cualquier oportunidad de abandonar su celda podría parecer liberadora. Del mismo modo, para un caballo que vive en un establo o en condiciones controladas por humanos, cualquier salida es preferible, incluso si implica llevar a alguien a cuestas.

Ningún caballo decidiría de manera voluntaria ser montado, ser domesticado, y mucho menos vivir encerrado. La única razón por la que un caballo permite ser montado es que ha sido domado para ello. Y esa doma implica un proceso de resignación, en el cual el caballo no tiene otra opción mas que aceptar su rol como un «sirviente» para el humano. No confundamos esto con amor o consentimiento.

¿Por qué deberíamos considerar aceptable usar a otro ser para nuestros propios fines? ¿Sería justo si fuéramos nosotros los usados? El uso de otro ser sintiente, por más que creamos hacerlo con amor y cuidado, no deja de ser éticamente cuestionable.

Por último, independientemente de lo bien que tratemos a los caballos —sin importar la calidad del equipo que usemos, lo bien que los alimentemos o cuánto intentemos minimizar su incomodidad—, lo mejor para cualquier ser sintiente es vivir en libertad.

Nuestra capacidad para dominar a otras especies no nos da el derecho moral de hacerlo. Es hora de dejar de ver a los animales como objetos de nuestro placer o utilidad y empezar a verlos como los seres autónomos que son.